[HAZ CLIC SOBRE LA IMAGEN]
Fumamos
mucha hierba para poder abordar el problema lógicamente:
Es
una revolución juvenil.
Y de Youth.
Es
una revolución internacional.
I de International.
Es
gente que intenta llevar significado, diversión, éxtasis a sus vidas: una fiesta.
P de Party.
¿Qué
nos sale?
Youth International Party.
Paul
Krassner se puso en pie de un salto y gritó:
-¡YIIIIIIIIIIIIIPPIEEE!
¡Somos yippies!
Había
nacido un movimiento.
[…]
El
cometripis marxista, el bolchevique psicodélico. No estaba a gusto en el ESD
[Estudiantes por una Sociedad Democrática] y no era ni hippie del flower power ni intelectual
universitario. Un fumeta politizado. Un híbrido de la Nueva Izquierda y los
hippies, algo nuevo y diferente.
Un
pendenciero pasota con una pistola al cinto. Tan feo que su aspecto asusta a la
clase media.
Un
pedazo de cabrón melenudo, barbudo, piloso y chalado cuya vida es teatro y a
cada momento crea una nueva sociedad mientras destruye la antigua.
La
realidad estaba ahí. Hacía falta un mito para acrisolar esa energía.
[…]
El
mito es real si levanta un escenario en el que la gente puede representar sus
sueños y fantasías.
El
mito es siempre mayor que la persona. El mito del Che Guevara es más poderoso
todavía que el Che. El mito del ESD es más fuerte que el ESD.
El
mito yippie derrocará al gobierno.
El
mito hace la revolución. Marx es un mito. Mao es un mito. Dylan es un mito. Los
Panteras Negras son un mito.
La
gente intenta emular el mito, y saca entonces lo mejor de sí misma.
El
secreto del mito yippie es que es absurdo. Su principal declaración es una hoja
de papel en blanco.
[…]
Los
hippies nos consideran políticos, y los políticos nos consideran hippies. Sólo
la derecha nos ve como lo que somos.
[…]
El
de los yippies es un movimiento participativo. Para ser yippie no hay requisitos
ideológicos. Escribe tu propio eslogan. Protesta por lo que quieras. Cada uno
en su casa, y un yippie en la de todos.
Lo
único que tienes que hacer para ser yippie es ser yippie.
Lo
de los yippies es sólo una excusa para rebelarse.
Si
preguntas si de verdad existen los yippies es que no eres yippie.
Si
afirmas que los yippies no existen no eres yippie.
El
yippie del año pasado ya se ha convertido en respetable.
El
yippie de este año es un asco.
Los
yippies van de bichos raros para que los chavales piensen: “Yo también puedo
tirarme ese rollo sin que me pase nada”.
Cuando
alguien se pasa más que los yippies, es hora de pasarse más todavía o de
disolver los yippies.
Los
yippies creen que no puede haber revolución social sin revolución mental, y no
puede haber revolución mental sin revolución social.
La
figura del SEGUIDOR YIPPIE no existe. Hay 646,5 millones de modelos diferentes
de yippies, y la definición de yippie es que es un LÍDER. Los yippies son líderes sin seguidores.
Los
yippies hacemos lo que nos apetece cuando nos apetece. Los yippies sabemos que
estamos cuerdos y el resto del mundo, loco, y por eso nos autodenominamos
“pirados”.
Los
yippies defendemos que si algo no es divertido no hay que hacerlo.
Para
nosotros, el sexo, el rock’n’roll y las drogas son parte de un complot
comunista para apoderarnos de Amérika.
Cuando
lloramos reímos y reímos cuando lloramos.
Para
ser yippie tienes que ver la televisión en color al menos dos horas al día, en
especial las noticias.
Lo
que los yippies entendemos por diversión es derrocar al gobierno.
Los
yippies somos maoístas.
Los
yippies somos unos farsantes, porque hacemos públicos nuestros sueños.
Vengaremos
la muerte del Che.
Periodista: ¿De dónde sacan los yippies el
dinero?
Yippie: ¿Le ha preguntado al Papa de dónde
sacó su anillo?
Los
yippies somos ratas de ciudad. En un atasco nos sentimos como pez en el agua.
La
izquierda reclama el pleno empleo: nosotros exigimos el pleno desempleo. ¡El
mundo nos debe el sustento!
Los
estirados se cagan por la pata abajo cuando los yippies planteamos la cuestión
política más acuciante de la Amérika de nuestros días: los retretes de pago.
Los
yippies queremos correr desnudos por los pasillos del Congreso.
Los
yippies mantenemos reuniones estratégicas secretas con Ronnie Reagan en las que
planificamos la radicalización de los estudiantes de Berkeley.
Los
yippies nos colocamos con los discursos de Fidel.
Empezamos
lo de los yippies con una oficina, una lista de correo, tres líneas
telefónicas, cinco organizadores en plantilla, reuniones generales semanales y
reuniones semanales del comité directivo. Nunca se ha visto gente más
trabajadora y disciplinada, y mira que defendemos la vagancia y la ausencia de
disciplina. Somos una contradicción viviente porque somos yippies.
La
marihuana es obligatoria en todas las reuniones de yippies.
Los
yippies desayunamos ácido para aproximarnos a la realidad.
Holden
Caulfield es un yippie.
El
antiguo Nixon era un yippie; el nuevo Nixon no lo es.
Los
yippies creen que todos los no yippies son en realidad yippies reprimidos.
Procuramos sacar a la luz el yippie que todos llevamos dentro.
Los
yippies proclamamos: “Estirados del mundo, ¡bajaos del mundo! ¡No tenéis nada
que perder, excepto vuestras almidonadas camisas!”
La
revolución llegará cuando todos seamos
No hay comentarios:
Publicar un comentario