lunes, 25 de noviembre de 2013

Psicoanálisis y Capitalismo - Charla/Debate con Emilio Gómez Barroso

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 Charla-Debate Psicoanálisis y Capitalismo con Emilio Gómez Barroso, miércoles 27 de Noviembre a las 20.30h en la Biblioteca del EKO

El paso del orden feudal al orden capitalista introduce una nueva alienación del sujeto al objeto de mercado y a su fabricación. Al esclavo tradicional se le convierte en proletario, se lo aleja del contexto gremial, convirtiéndose por una parte en pieza de la maquinaria capitalista, y por otra en consumidor fetichista de objetos metonímicos.

¿Dónde queda el deseo en el capitalismo?, ¿qué tipo de discurso promueve el nuevo orden? ¿Cómo es su circulación? ¿Por qué se dice que el capitalismo tiende a reventar?…

“El síntoma contemporáneo hay que buscarlo en Marx, no en Hipócrates”. Jacques Lacan

 


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jueves, 3 de octubre de 2013

XI CHARLA POPULAR: Experiencias de ruptura popular y cambio político en Latino América - Iñigo Errejón

Retomamos desde la Universidad Popular de Carabanchel las ya clásicas charlas populares, en esta ocasión contaremos con *Iñigo Errejón, con el que hablaremos sobre Experiencias de ruptura popular y cambio político en Latino América.

Os esperamos el Jueves 3, 19:30h ESLA Eko en la Biblioteca.

*Iñigo Errejón es doctor e investigador en Ciencia Política en la UCM. Es miembro de la Fundación CEPS, donde colabora en diferentes procesos de cambio político en América Latina.

 

 


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¿Qué es la hegemonía? - Iñigo Errejón


miércoles, 2 de octubre de 2013

Sin manual pero con pistas: Algunas trazas comunes en los procesos constituyentes andinos (Ven ezuela, Bolivia, Ecuador) - Iñigo Errejón




1. Introducción: las razones del interés por los procesos constituyentes andinos

La crisis económica en España parece haber abierto un escenario que algunos caracterizan de “crisis de régimen”, en tanto crisis orgánica general de una configuración institucional, una articulación social, un modelo económico y un relato cohesionador y generador de consentimiento de los sectores subordinados del orden establecido. En un contexto de crecimiento de la desconfianza y el rechazo a las élites tradicionales y de empobrecimiento generalizado, el ciclo de protestas de la crisis en el sur de Europa ha supuesto una cierta apertura de discusiones que parecían sepultadas por dos décadas de sedimentación de la ofensiva liberal-conservadora como sentido común de época. Entre ellas figura en primer lugar la cuestión del poder político y el Estado, y en ella se inscribe la propuesta de activación de un proceso constituyente, que ha ido ganando espacio e influencia, quizás por su amplitud y la posibilidad de que se inscriban en ella distintos proyectos y  concepciones del tipo de cambio político deseable y practicable.

La tímida pero incipiente discusión sobre un hipotético proceso constituyente se produce en un terreno cultural y teórico marcado por el repliegue de las ideas y los valores de la izquierda ante la embestida intelectual del neoliberalismo, así como por la ausencia de referencias de procesos de cambio político radical en Europa desde las experiencias del largo 1968, que son hoy ciertamente de escasa ayuda, y por la crisis de los espacios sociales y laborales, y las identidades que en ellos nacieron, para funcionar como núcleos de un proceso constituyente.

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martes, 1 de octubre de 2013

El 15M y los Movimientos Sociales - Íñigo Errejón


Lo que asusta a Rajoy del ejemplo boliviano - Manuel Canelas e Íñigo Errejón

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El lunes pasado, el presidente Evo Morales contestó de manera firme pero tranquila a las airadas declaraciones del canciller español, José Manuel Garcia-Margallo, quien, exhibiendo la misma nostalgia colonial que en el caso de la nacionalización de Repsol por parte del Gobierno argentino, lanzó amenazas poco veladas y advirtió que las mismas podrían involucrar a los socios de la Unión Europea. Sin embargo, en su respuesta Morales apuntó que si bien entendía la reacción del Gobierno español, él tenía conocimiento que lo que demanda buena parte de la ciudadanía en España es precisamente que se implementen medidas similares a estas, de recuperación de la soberanía económica: “que los servicios básicos no sean un negocio privado”. Y señaló también que, al menos en su caso, “le daría miedo defender a una empresa que roba”.

El embajador español en Bolivia no ha querido ir a la zaga de la actitud de su canciller y ha tenido declaraciones poco apropiadas y que corresponden más bien a otros tiempos, en los cuales los embajadores de ciertos países, actuaban como procónsules enviados por la metrópoli. Lamentablemente el embajador no ha ofrecido una explicación convincente de por qué los planes de inversión consistentes de SABSA (Abertis) en los aeropuertos que gestionaban en Bolivia eran, en el mejor de los casos, inexistentes o cómo se entendía la paradoja de que el gerente de SABSA en el país ganase, por ejemplo, en marzo de 2012 12700 euros (casi diez veces más que el mismo presidente Evo) y la empresa adeudase, al mismo tiempo, grandes sumas de dinero a los trabajadores bolivianos. El sostenido crecimiento económico de los últimos años ha provocado un incremento de los flujos de comercio del país con el exterior; esto, más un aumento de la capacidad de consumo interno, ha provocado un aumento de la demanda de los desplazamientos por vía aérea. En gran medida por la falta de inversión de SABSA, los principales aeropuertos del país no han sabido responder de manera adecuada a este fenómeno. Según los trabajadores de la empresa, no se han producido las ampliaciones necesarias ni renovado los equipos para poder desarrollar un trabajo en mejores condiciones. Como en el caso de las empresas que gestionaban el suministro de electricidad, y antes con cementeras, telecomunicaciones o hidrocarburos, el Gobierno boliviano se limita a cumplir lo establecido en la Constitución aprobada por referéndum popular el 25 de enero de 2009. Para los viejos intereses coloniales, que los Estados de la periferia no se deban a nadie más que al mandato de la soberanía popular, que hagan cumplir la ley de forma igual para todos es ya una insubordinación que viven como auténtica agresión.

miércoles, 19 de junio de 2013

martes, 18 de junio de 2013

¿A dónde va el 15M? Viento en las velas del movimiento - Juan Carlos Monedero

 


A todas y todos los que han visto empeorar sus condiciones de vida en estos dos años. A los que han perdido la vida desesperados por la ruina de estos dos años (años acumulados a los anteriores). A los que ven con amargura que al nos has fallado de Zapatero le ha sucedido un insultante os he mentido de Rajoy. Sabemos que aún no estamos a la altura.Pero las fuerzas se van acumulando. Nada de lo que pasa va al olvido.

 La recuperación del coraje democrático

 El 15M es, sin duda, lo mejor que le ha pasado a la democracia desde que se murió Franco.  Si no parece mucho, será porque tampoco hemos ganado mucho desde que salimos de la dictadura. O será que lo que ganamos lo hemos perdido con la misma vertiginosidad. El que mira siempre está lleno de los propios reflejos.

 El 15M es la devolución -con acuse de recibo- a los partidos de la izquierda y también a los sindicatos de la orden de abandonar las calles que dieron en 1977, cuando, con ocasión de los mentirosos Pactos de la Moncloa, nos dijeron que volviéramos al trabajo y a las aulas para que nos consintieran la democracia. El 15M es la devolución a los partidos de la derecha de la orden histórica de interiorizar la ausencia de alternativas a lo existente, para volver a resignarnos como en la larga noche del franquismo o como en el turnismo del siglo XIX. Es también la devolución a Europa de la orden de asumir una Constitución demediada y a un rey socializado en el Palacio del Pardo y en la frivolidad, devolverles a los burócratas europeos el sentimiento de inferioridad sembrado en nuestro país y la exigencia de una inserción en la economía comunitaria que pasa por perpetuarnos como los camareros y los cuidadores de los pudientes y jubilados del continente. Es la devolución a la patronal de sus órdenes de irnos a trabajar a Laponia o a poner copas a Londres, de la pretensión de empresarios sobrados de recuperar el derecho sobre nuestras vidas y, ya de paso, de nuestros cuerpos. De devolver su exigencia de que la enseñanza sea un negocio financiado por todos donde paguemos por lograr en el futuro un trabajo basura y, además, donde nos lobotomicen la capacidad crítica con incienso y, si es menester, alguna que otra hostia. Es la devolución a la iglesia y a la monarquía de la confianza que nunca se ganaron, de su privilegio anclado en tradiciones arcaicas, de su abuso ideológico y de su terrorismo intelectual, de su negación, en suma,  a aceptar que los tiempos reclaman un Estado laico y republicano donde la ciudadanía se haga cargo de las riendas de su futuro político -sin dioses, reyes ni tribunos-, malbaratado por unas cúpulas que repitieron demasiado pronto las mañas que dijeron venir a solventar.

sábado, 15 de junio de 2013

El gobierno de las palabras. Política para tiempos de confusión - Juan Carlos Monedero

 
 
La obra de Juan Carlos Monedero “El Gobierno de las Palabras” invita a un abierto debate sobre el devenir de la política en sociedades como la nuestra en pleno proceso de transformación. Escrita en una prosa rebelde, la contundencia de sus argumentos nos sitúa en la cotidiana resolución de los problemas y tensiones entre el Estado, los movimientos sociales y las definiciones políticas, a las que nos vemos sometidos quienes hemos decidido participar activamente en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y de iguales.
Juan Carlos, desde una perspectiva libertaria, desnuda la trampa de la gobernanza que nos quiere imponer el gran capital. Pero su crítica-alerta es también para quienes intentan construir lo nuevo sin reflexionar sobre los viejos arquetipos que dieron origen a la propia política del cambio. En ese sentido “El Gobierno de las Palabras” no es un manual, sino un compañero de viaje para todo aquel que quiera dar su aporte al cambio social que demandan nuestros pueblos a inicios del siglo XXI.
Pero es imposible hablar de una obra sin mencionar a su autor. Toda revolución tiene sus héroes de otras latitudes que expresan en carne viva la vigencia y potencia del internacionalismo militante. Cuando se escriba de manera pausada la historia de estas últimas décadas en Venezuela, Juan Carlos Monedero será considerado, sin duda alguna, como el español de la revolución venezolana. Desde hace años está acompañándonos, haciendo suya nuestra causa, involucrándose en el trabajo de formación, en los debates y la preservación de la crítica pública revolucionaria como signo distintivo de la revolución Bolivariana. En estos últimos siete años ha contribuido en la construcción del espacio más importante que tiene la revolución venezolana para albergar y sostener el aliento al pensamiento crítico: el Centro Internacional Miranda (CIM).
Hoy precisamente desde ese espacio institucional singular, publicamos un nuevo trabajo del académico, el militante y el soñador quien ha decidido abrazar como suyo el destino de los hijos e hijas de Bolívar.
Luis Bonilla-Molina
Caracas, Noviembre de 2011
 
 

miércoles, 8 de mayo de 2013

DOS VISIONES o muchas más – Charla/Debate sobre la Revolución Española

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“El 14 de abril de 1931, la movilización popular tras las elecciones municipales supuso la caída de la odiada y corrupta monarquía. Sin embargo, con la proclamación de la república no se acabaron los problemas de las personas oprimidas, la clase trabajadora y el campesinado, y hubo un sector que repetidamente quiso ir más allá y cuestionó el propio capitalismo, así como el Poder.

El verano de 1936 o mayo del 37 son solo algunas de las muchas fechas olvidadas por la Historia, escrita siempre por los que ganan. Incluso, en momentos y en lugares creó algo distinto, un sistema real que rompió con la lógica del capital y la explotación: el estado español llegó a ser la sociedad autogestionaria más grande de Europa.

Esto tampoco lo cuenta la historia, con minúsculas.

Los problemas, éxitos y vicisitudes de aquella época cobran una enorme vigencia en la medida que pueden servirnos de enseñanza para las tareas que afrontamos quienes queremos un mundo mejor, diferente y anticapitalista. Un mundo en el que las élites empresariales y financieras o los poderosos y verticales partidos no marquen la hoja de ruta ni escriban su Historia.

En torno a estos convulsos y recientes tiempos de Revuelta charlaremos con compañeros y compañeras desde diferentes perspectivas: la trostkista, la comunista, republicana, la ácrata o la anarquista y por supuesto la tuya.

Te esperamos el 9 de mayo a las 19.30 en El EKo.

Salud y Revolución”

martes, 12 de marzo de 2013

XI CHARLA POPULAR: Las interzonas anarquistas. Desarrollando nuevas habilidades en la tierra de Babilonia - Servando Rocha



Desde la Universidad Popular de Carabanchel os invitamos a la siguiente de nuestras charlas populares.
Esta vez el invitado es Servando Rocha, quien nos hablará de "Las interzonas anarquistas. Desarrollando nuevas habilidades en la tierra de Babilonia".

La charla tendrá lugar este miércoles 13 de marzo, 19:30 en Vaciador34, en c/ Matilde Hernández, nº 34, 2 izquierda.

La mejor manera de llegar es ir a metro Oporto o con los autobuses: 34, 35, 118 o 55.
Ya sabéis que los que vivís allende el Manzanares tendréis que cruzar el río y es peligroso de la hostia. 





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Las interzonas anarquistas. Desarrollando nuevas habilidades en la tierra de Babilonia - La Felguera

 

"El enigma no existe. Si una pregunta puede siquiera formularse,
también puede responderse."
Ludwig Wittgenstein


En todas partes, aunque al mismo tiempo en ninguna, se repite y constata la "actualidad del anarquismo". Los anarquistas parecen estar en todos lados. Se habla de su superioridad numérica, pero también se señala su inoperancia e ineficacia sobre el terreno a la hora de exponer posturas radicales. Sin embargo, al menos en el Estado español, la inexistencia de una oposición real en la calle que contribuya a expresar y organizar el actual malestar es un hecho que cualquiera puede constatar. Sin embargo, una pregunta nos asalta: ¿Dónde están los anarquistas? TS Eliot parece ser el último que pudo verlos: "¿Quién es el tercero que camina a tu lado? Si cuento, sólo estamos tú y yo juntos, pero si miro hacia delante por el camino blanco / siempre hay otro caminando junto a ti / un encapuchado que se desliza envuelto en un oscuro manto / no sé si es hombre o mujer: pero ¿quién es aquel al otro lado de ti?". A la hora de escribir este poema, Eliot se inspiró en una de las tantas expediciones antárticas, donde se solía decir que el exhausto grupo de exploradores siempre tenía la impresión de que había uno más, una especie de fantasma, que los acompañaba durante el camino (1).

A pesar de esa supuesta actualidad, ese traer al presente se parece más a un ejercicio de diseño e hipotesis, a un juego de guerra, que a una descripción de la realidad. Con frecuencia, sus actividades necesitan de su expresión espectacular, por medio de acciones violentas, para salir a una superficie de la cual, en muchas ocasiones, se encuentra excluído. De manera deliberada han entrado en un complicado sistema de correspondencias donde al mismo tiempo que se critica los medios de comunicación parece necesitarse constantemente de los mismos. Al narrarse las acciones de los anarquistas, éstas parecen engrandecerse, como si se tratase de una información en diferido, donde la mediación amplifica su significancia, que no su significado real. El significado resulta un imposible, porque cada vez más se carece de los medios para difundir un determinado tipo de mensaje y su dificultad conduce a dar por sentado su imposibilidad, mientras que la significancia parece ser suficiente. 

La lucha por un espacio dentro de un movimiento de contestación amplio o la urgente necesidad de reivindicarse como "anarquistas" —aunque la semántica no juegue del lado de los oprimidos—, convierten a los anarquistas en tipos generalmente previsibles, militantes del sacrificio e incluso a veces faltos de sentido del humor. Este modo de vida contribuye a una perpetuación del medio anarquista en un entramado de gustos, opiniones, comidas, hábitos, músicas y vestimentas reconocibles. La escasa importancia práctica que, a pesar de sus cualidades objetivas, demuestra el actual anarquismo contrasta con la excesiva importancia que a veces se otorgan a sí mismos los que se llaman "anarquistas". 

La historia no perdona ni a sus más enconados críticos. El actual escenario, mirando hacia atrás en un período de diez o veinte años, nos deja un saldo curioso. Alguna de las armas de la contestación surgidas a mediados de los años ochenta y que tenían a Hakim Bey, la difusión en el estado español de lo que se conoció como "guerrilla de la comunicación", la experiencia de Luther Blisset, o la recuperacón espectacular de algunas de las ideas del discurso situacionista, como alguno de sus mejores exponentes, nos indica que nuestra época ya ha girado diez o veinte veces sobre sí misma. Y también nos muestra que no hay segundas partes posibles. La tecnología del propio sistema cuenta con una poderosa estructura de proyección, siempre en clave pasiva, de las ideas de la última o penultima contestación. Aquello que pasa a integrarse en el mismo sistema es un reflejo de la imagen primera. El siguiente escenario de dominación, por tanto, siempre estará integrado por parte de las luchas inmediatas que lo desafiaron. De este modo, podemos llegar a entender que la dominación actual, al menos en nuestras sociedades europeas, pasa inevitablemente por la ilusión de la participación. No se trata de dictaduras más o menos ineficaces, sino sistemas democráticos en los que, en cierta medida, la policía ha dejado de ser necesaria. El control se ha interiorizado de tal modo, que en cualquier lugar y momento existen ejemplos para la delación, la denuncia anónima, el chivatazo o la cruda violencias entre iguales. Este reflejo es en sí mismo una forma sofisticada de mentira que  se convierte en la mentira suprema de su época. 

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sábado, 9 de marzo de 2013

El rugido que no cesa. Notas sobre música industrial, ruido y magia - Servando Rocha


Transcripción de la charla ofrecida el 28/06/2012 en la librería Enclave de Libros (Madrid) dentro del ciclo “¿Molesta? Haciendo política del ruido”.

Barcelona, 20 de noviembre de 2011. Aquel día me encontré con Jordi Valls, de Vagina Dentata Organ, a quién no conocía personalmente. Nuestro encuentro vino motivado por la publicación de un libro sobre el Reverendo Jim Jones, Jim Jones. Prodigios y milagros de un predicador apocalíptico, que muchos ya conoceréis.  En 1984, Valls, bajo el nombre artístico de Vagina Dentata Organ, editó un vinilo que contenía el discurso del suicidio. Fabricó 912 copias, una por cada fallecido. Valls fue uno de los protagonistas de uno de los mayores escándalos de la televisión pública. Un contingente, irreductible y rompedor, llegó proveniente de Londres. Junto a él, le acompañaron los miembros de Psychick TV, entre los que estaba Genesis P-Orridge. La actuación de Vagina Dentata Organ en el famoso programa La Edad de Oro, junto a la potente imagen de un hombre boca abajo que descendía del plató en medio del caos y el ruido, supusieron, en gran parte, el cierre del programa.

Tras charlar de muchos temas (la escena de Londres durante los sesenta y setenta, la posterior llegada del punk, la comuna de creación y activismo alrededor de Throobbing Gristle y COUM Transmissions, las vanguardias y la provocación, sus proyectos presentes y futuros…), Valls me obsequió con varios discos de Vagina Dentata Organ. Al llegar a casa, puse uno de ellos. Lo que allí encontré me dejó estupefacto.

***

William Burroughs Metáfora Viral, Compulsión y Literatura conspirativa - Adolfo Vásquez Rocca -


"Emitir no puede ser nunca mas que un medio para emitir más, como la Droga. Trate usted de utilizar la droga como medio para otra cosa (...) Al emisor no le gusta la charla. El emisor no es un ser humano (...) Es el Virus Humano."
 W. Burroughs


 1. Los procesos de contagio; el lenguaje y su intoxicada naturaleza.

En el contexto de esta escritura laberíntica en la que corremos el riesgo del extravío del autor perdido en el texto o por los constantes y expansivos comentarios, estamos ante la idea del texto como tejido en perpetuo urdimiento, como un tejido que se hace, se traba a sí mismo y deshace al sujeto en su textura: una araña tal que se disolvería ella misma en las secreciones constructivas de su tela. En un sentido similar en la obra de William Burroughs el sujeto se encuentra manipulado y transformado por los procesos de contagio. El lenguaje es un virus que se reproduce con gran facilidad y condiciona cualquier actividad humana, dando cuenta de su intoxicada naturaleza. Los textos de Burroughs proliferan sin principio ni fin como una plaga, se reproducen y alargan en sentidos imprevisibles, son el producto de una hibridación de muy diversos registros que no tienen nada que ver con una evolución literaria tradicional, sus diferentes elementos ignoran la progresión de la narración y aparecen a la deriva desestructurando las novelas de su marco temporal, de su coexistencia espacial, de su significado, y posibilitando que sea el lector quien acabe por estructurarlas según sus propios deseos.

Se puede adelantar que este desmontaje del sistema interpretativo, esta perpetua deconstrucción territorial se lleva a cabo a partir de la metáfora del virus, del modelo biologicista, y la trama conspirativa. El Almuerzo desnudo  será pues un relato épico-químico, donde Burroughs invocará  las coordenadas de la demanda, congruentes con los teoremas contemporáneos de la droga y la compulsión del consumo. Donde lo representando es, finalmente,  una modalidad de consumo terminal. La droga es aquí una inoculación de muerte que mantiene al cuerpo en una paradójica condición de emergencia y ralentización, donde  el adicto es inmune al aburrimiento. Puede estar horas mirándose los zapatos o simplemente permanecer en la cama. Es el contagio definitivo, el de la  interioridad intoxicada.

Ary Sternfeld: la cara oculta del Sputnik - Servando Rocha


¿Pero, qué sentido tenían aquellas enigmáticas palabras, aquella extraña frase que decía “compañero de viaje” y que, según su esposa, pronunció instantes antes de morir? la respuesta la encontramos en este legado autobiográfico”

Hoy, gracias a las memorias de Ary Sternfeld, padre de la cosmonáutica soviética y diseñador del primer Sputnik lanzado al espacio, conocemos un aspecto inaudito de la historia reciente, concretamente la relación y amistad del ingeniero ruso con el escritor y heroinómano Alexander Trocchi. Además, en el relato de Sternfeld encontramos una pluma ágil y vigorosa, que nos dibuja un valioso retrato de la sociedad estalinista y de los disidentes soviéticos.

Hasta su muerte, en julio de 1980, Sternfeld fue considerado un héroe de la antigua Unión Soviética. Su mujer, Aleksandra, lo recuerda escribiendo hasta el último momento y repitiendo febrilmente la frase “compañero de viaje”. He aquí un gran misterio. Sus memorias (dos inmensos manuscritos de casi seiscientas páginas) comienzan con la descripción de momento emocionante y dramático. Un agotado Sternfeld escribe: “El tiempo se consume y esfuma [ilegible] Los padres de la Unión Soviética han muerto. El diagnóstico es claro: infección aguda que ha terminado por agotar todas mis fuerzas. Me despido de todos y mi único consuelo, mi único recuerdo capaz de iluminarme en estos aciagos momentos, son los hermosos días de París. Jamás olvidaré a mi compañero de viaje”

El Sputnik 1, el primer satélite artificial de la historia, fue lanzado por la Unión Soviética el 4 de octubre de 1957. Antes, se habían realizado otros intentos, pero todos ellos fracasaron. El Sputnik I se convirtió en un hito en la historia moderna cuando logró surcar los cielos tras ser lanzado desde el Cosmódromo de Baikonur en Tyuratam a 370 km al suroeste de la pequeña ciudad de Baikonur, en Kazajistán, entonces perteneciente a la Unión Soviética. Se trataba de un aparato muy pequeño, una reducida esfera del tamaño de un balón de baloncesto que orbitó alrededor de la tierra hasta que finalmente se incendió, desintegrándose el 4 de enero de 1958. El siguiente paso ya lo conocemos: meses después de su lanzamiento, el mundo se estremeció ante una nueva proeza cuando vio volar al Sputnik II que llevaba en su interior a una perrita llamada Laika.

Alexander Trocchi, el situacionsta escocés - Luis León de Barga

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Como el falso barón Corvo o Aleister Crowley y otros muchos escritores británicos excéntricos, Alexander Trocchi (1925-1984) tuvo una vida mucho más rica que su obra. De orígenes italianos e hijo de un músico, nació en Glasgow en una familia donde la bohemia servía para esconder la miseria. Su juventud escocesa, en los duros años cuarenta y cincuenta del siglo XX, está bien descrita en su novela El joven Adán y en la que se basó el realizador Adam Mackenzie para hacer la película Joung Adam (2003). 

En la novela, Trocchi cuenta la historia de un joven desarraigado que seduce a cada mujer que conoce gracias a que despierta sobre ellas una gran atracción erótica. El protagonista se sitúa por encima de las convenciones morales comunes, lo que le permite acometer todo tipo de excesos viviendo en un estado de falsa inocencia gracias a la hipocresía de su entorno, lo que le hace pensar que por lo menos él es más auténtico que ellos. 

Y si el joven Adán, incapaz de soportar la intolerancia de la sociedad escocesa, huye a Londres, Trocchi, tras abandonar mujer y dos hijos, se traslada a París, en 1952. Allí frecuentará los ambientes del existencialismo y será un asiduo de los locales nocturnos del barrio latino. Para sobrevivir, trabaja en los más distintos oficios, escribe novelas pornográficas que firma con seudónimo, y publica una revista en inglés, Merlin, de la que se editaron siete números entre 1952-1954. Allí colaboraron, entre otros, Samuel Beckett, Jean Genet, Paul Eluard, Jean-Paul Sartre, Jean Genet y Henry Miller.

Como el falso barón Corvo o Aleister Crowley y otros muchos escritores británicos excéntricos, Alexander Trocchi (1925-1984) tuvo una vida mucho más rica que su obra. De orígenes italianos e hijo de un músico, nació en Glasgow en una familia donde la bohemia servía para esconder la miseria. Su juventud escocesa, en los duros años cuarenta y cincuenta del siglo XX, está bien descrita en su novela El joven Adán y en la que se basó el realizador Adam Mackenzie para hacer la película Joung Adam (2003). 

viernes, 8 de marzo de 2013

El demonio liberado - Servando Rocha


Ensayo incluido en el libro A la guerra con Satán. La Iglesia del Juicio Final & El Proceso (La Felguera Editores, 2011).

“Aún hay en la tierra cerca de sesenta mil adoradores del Diablo”
Giovanni Papini, El Diablo (1954).

Sentados sobre cojines y acompañados por tres guitarras, los procesanos cantaban un himno que pretendía acentuar la unidad de los miembros de la Iglesia. En un extremo de la habitación, colgada sobre una tela morada oscura, había una cruz de plata. En el otro extremo, sobre una cortina negra, se mostraba la imagen de un macho cabrío en el interior de un pentagrama colocado verticalmente. La liturgia de la Asamblea del Sabbath, un acto fundamental en los ritos de El Proceso y que era realizado cada sábado a las siete de la tarde, comenzaba con el reparto de un folleto que contenía un resumen de las invocaciones, respuestas y las partituras con las letras de los diferentes himnos. Se hacía entrar a dos grandes perros, uno negro y otro blanco, sujetos con fuertes correas. Seguidamente, varios miembros del culto hacían su aparición ataviados con sus reconocibles capas negras. Un “gong” indicaba el inicio de la Asamblea (1). La música comenzaba a sonar y los congregados, siguiendo la melodía, cantaban algo que decía así: “Cristo y Satán unidos en armonía”.

Se trataba de una puesta en escena perfectamente estudiada e íntimamente relacionada con toda la tradicional simbología ocultista. Pero si el improvisado templo era el lugar destinado a la liturgia, no menos importante fue The Cavern, la cafetería procesana situada en el sótano de una mansión londinense utilizada por El Proceso y que cada noche, durante un período de unos tres años, congregó a decenas de personas. Entre los procesanos, The Cavern también fue conocida como The Satan´s Cavern (2).

Existe una fotografía en la que puede verse a un procesano disfrazado de demonio al estilo de lo que, justo entonces, solía hacer Anton LaVey en su Primera Iglesia de Satanás. Sin embargo, la diferencia está en su pie de foto, donde se indica que se trata de una broma. Sobre las concurridas y publicitadas misas negras de LaVey existen un sinfín de fotografías y grabaciones, mientras que, todavía hoy, un misterio rodea a la generalmente desconocida -y muchas veces fantaseada- historia de El Proceso. A ello ha contribuido la enigmática vida de sus fundadores, la pareja de antiguos cienciólogos Robert (1935) y Mary Ann De Grimston (1931-2005), siempre esquivos y entre ellos distantes y competitivos.

El Proceso creía en la existencia de tres grandes dioses: Jehová, Lucifer y Satanás. Todos ellos eran considerados deidades independientes que confluían, al mismo tiempo, en Cristo. De este modo, Jehová era el iracundo dios de la venganza y del castigo; Lucifer, el ángel caído expulsado del reino de los cielos, era el portador de la luz; Satanás, por su parte, era el dios de la muerte y la desolación, un dios que encarnaba todo aquello que despertaba miedo y temor, es decir, todas aquellas cosas bajas y bestiales pero también las sublimes y espirituales. Para El Proceso, las cualidades de estos tres dioses estaban presentes en todos los seres humanos, por lo que uno de sus objetivos fue el lograr que la gente las reconociera, aceptándolas sin pretender reprimirlas.

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King Mob Revisited

jueves, 7 de marzo de 2013

Estúpidos y aburridos (hipsters) - Servando Rocha


El ‘hipster’ usurpa partes de una historia que no conoce más allá de lo que dicen los libros sobre arte, repitiendo incansable una idea falsa: la cultura nos hace libres.

El barrio donde vivo está mutando hacia sorprendentes territorios. Un viejo local, con tan solo cambiar ciertos elementos, se convierte en un estupendo bar vintage. El estilo de esta época: lo viejo y antiguo conservan una rabiosa actualidad. Los nuevos empresarios son ilusionistas. La búsqueda de la autenticidad juega siempre con piezas muertas, zonas en llamas, territorios mutilados. Lo subcultural es un complicado bricolaje casi indescifrable y el pasatiempo favorito es aquél en que un hipster, tras negar tajantemente que lo sea, crítica a su vecino porque es un “patético hipster”. Todos buscan algo que ya se sitúa en los confines del mundo y para alcanzar esos lugares primero hay que atravesar rincones ocultos, saltar tapias, burlar la noche, caminar hasta destrozar las zapatillas. O quizás no… la poesía está en todos los lugares y al mismo tiempo en ninguno, pero hemos perdido la capacidad para ver lo no visto y la experiencia diferida se prefiere a ser testigo directo.

Nos encanta soñar con turbas y disturbios, con épocas de sedición, oposición y fuego, pero nos asusta el ruido, lo desconocido, la polvareda, la improvisación y el delicioso caos. En la fantasía todo se vuelve aún más fascinante. Queremos desorden y orden al mismo tiempo. Virtud y error, todo en uno. Viajar sin movernos. Solidarizarnos virtualmente.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Up Against The Wall Motherfucker! – Entrevista con Ben Morea (2006)

 
 
Háblanos acerca de tu experiencia y de cómo llegaste a involucrarte en las escenas radicales de Nueva York durante la década de los sesenta.

Me crié en su mayor parte alrededor del área de Virginia/Maryland y Nueva York. Cuando tenía 10 años mi madre se volvió a casar y nos mudamos a Manhattan. Yo era fundamentalmente un chaval del ghetto y durante mi adolescencia me vi involucrado en asuntos de drogas por lo que acabe pasando un tiempo en prisión. Hubo un tiempo cuando estaba en el hospital de la prisión en el que comencé a leer y a desarrollar interés por el arte. Cuando me pusieron en libertad mi personalidad había cambiado completamente. Para acabar con mi adicción rompí completamente con los chavales con los que había crecido y con la vida que conocía.

Al final de los años 50 fui en búsqueda de los beatniks ya que aparentaban combinar el arte con la conciencia social. Conocí a la gente del Living Theatre y acabé bastante influenciado por sus ideas a pesar de que nunca me vi orientado hacía el teatro. Judith Malina y Julian Beck eran anarquistas y ellos fueron los primeros en poner un nombre a la manera en la que me estada sintiendo e inclinando filosóficamente.

También conocí a un artista ítalo-americano que se llamaba Aldo Tambellini el cual tenía un pensamiento muy radical que canalizaba en su arte más que en el activismo social. El sólo hacía exhibiciones en sitios corrientes como cementerios o vestíbulos para traer el arte al público. Me influyó bastante en ver que tener arte en los museos era una manera de rarificarlo y de hacerlo una herramienta para la clase dirigente.

Soy autodidacta por lo que continué mi seguimiento del anarquismo y del arte a través de la lectura y manteniendo correspondencia. Fui consciente de Dada y del surrealismo así como del ala radical del arte del siglo veinte e intentaba encontrar a cualquier persona que tuviese información sobre el tema o a alguien que estuviera involucrado. Realmente me sentía a gusto con el matrimonio entre el pensamiento social y una práctica estética. Mantuve correspondencia durante un tiempo con uno de los dadaístas vivos, Richard Huelsenbeck, que vivía en Nueva York, pero al que nunca llegue a conocer.

Al mismo tiempo empecé a desarrollar simpatía por el ala política de los anarquistas al reunirme con gente que había luchado en España, en la Columna Durruti y otros grupos. Todos ellos tenían alrededor de 60 años mientras que yo estaba en la veintena.

También estaba trabajando en mi propio arte y estética. Principalmente estaba pintado en abstracto pero también esculpiendo formas naturalistas. Tenía algunas influencias de los expresionistas americanos, pero también del Zen.

¿Cuando se formo Black Mask? ¿Cómo os organizasteis y quienes estabais implicados?

Es difícil de explicar, empezamos en 1965 o 1966, pero la revista definitivamente comenzó en 1966. Black Mask era realmente muy pequeño. En un principio éramos unas pocas personas. Como anarquistas, y no muy doctrinarios, no teníamos ningún líder aunque yo era la fuerza de conducción dentro del grupo. Ron Hahne y yo habíamos trabajado juntos con Aldo haciendo espectáculos artísticos en público para promover la idea del arte como una parte integral del día a día de nuestras vidas, y no un objeto institucionalizado. Ron y yo nos hicimos íntimos amigos y descubrimos que teníamos una visión social más polémica que la que tenía Aldo sobre querer aproximarnos mas a los elementos políticos de Dada y del surrealismo como también a los crecientes disturbios de la América negra. Queríamos encontrar un lugar en el que el arte y la política pudiesen coexistir en una forma radical. Una vez comenzamos a publicar Black Mask y a participar en acciones otros artistas y personas que estaban en nuestra onda se vieron atraídos por lo que estábamos haciendo. Yo siempre estuve a favor de un enfoque orgánico donde no se tuviese que hacer reuniones y la gente se asociase informalmente más que en tener una jerarquía y miembros reclutados.

Con el tiempo Ron empezó a perder interés por la esfera política y comenzó a interesarse más en trabajar con gente que estaba involucrada en la lucha por los derechos civiles y contra la guerra de Vietnam. Puedo decir honestamente que tanto en Black Mask como luego en The Family nunca tuvimos una reunión en donde nos sentáramos, conscientemente, a decidir nuestra dirección o exactamente que trato le íbamos a dar a una situación o a una acción en particular. Todo se fue desarrollando muy espontáneamente, por consecuencias orgánicas o por cualquiera cuestión que creyésemos apropiada en el momento.

martes, 22 de enero de 2013

X CHARLA POPULAR: La crítica situacionista como teoría de la acción histórica - Miguel Amorós

La crítica situacionista como teoría de la acción histórica - Charla/Debate con Miguél Amorós
La Universidad Popular de Carabanchel (UPCA) y la comisión de políticas de la APC, dentro del ciclo de Charlas Populares, nos propone compartir la tarde del miércoles 23, a partir de las 19h, con Miguel Amorós, en una charla-debate.

Miguel Amorós, historiador, teórico y militante anarquista, es autor de varios artículos y libros fundamentales en la crítica política, histórica y social, entre los que se encuentran La Revolución traicionada. La verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti (2003), Durruti en el laberinto (2006), José Pellicer, el anarquista íntegro (2009), sus textos sobre el situacionismo o su última colección de ensayos Salida de emergencia (2012).


viernes, 18 de enero de 2013

Luchas urbanas y lucha de clases - Miguel Amorós (2011)

 

Para cambiar la vida hay que cambiar el espacio
Henri Lefebvre


No existe espacio natural. Todo espacio es espacio social; implica, contiene y disimula relaciones sociales. Las relaciones sociales tienen una existencia espacial; se proyectan en el espacio y se inscriben en él produciéndolo. Como son capitalistas, el espacio social tiende a ser espacio del capital, su campo de acción y el soporte de su acción. El capital lo fagocita, rompiéndolo y reuniendo los pedazos, vaciándolo de sujeto y poblándolo con un sujeto abstracto, sumiso y domesticado. La sociedad urbana sustituye y sucede a la sociedad de clases a cuando el capital completa la unificación y colonización del espacio. Ha producido y modelado un espacio propio, abstracto, instrumental y manipulable, y, al mismo tiempo, ha producido y modelado a sus habitantes, controlando su tiempo. La diferencia entre éstos y los antiguos proletarios es abismal. Aquellos poseían su espacio aparte –las barriadas obreras– donde la vida cotidiana, fuera del mercado, se regía por otro tipo de valores y reglas. El nuevo asalariado ha sido emancipado de su clase; no se orienta en el espacio urbano por más referencias que las de la mercancía-espectáculo. Su vida cotidiana reproduce fielmente sus indicaciones. Como siempre, el lugar que ocupa depende únicamente de su salario, pero a diferencia de antes, ya no habita en un espacio colectivo, autónomo y con historia, sino en un espacio abstracto, vacío de sentido, que los signos y mensajes del poder han rellenado. 

La conurbación, elemento constitutivo de la sociedad urbana, es ese espacio, resultado del crecimiento descontrolado de las fuerzas productivas. En su interior todos los problemas políticos y sociales se agravan y se anulan al mismo tiempo, pues gracias al bloqueo de la experiencia, la pérdida de memoria y la incomunicación su percepción es cada vez más problemática. La conurbación es un espacio enajenado de enclaustración y de adiestramiento, no hecho para recordar y soñar, sino para olvidar y adormecer. Como el capitalismo, aquella se edifica sobre crisis: demográficas, energéticas, financieras, políticas, culturales, laborales, sanitarias, ambientales, etc.; la crisis es su atmósfera y la amenaza de colapso su estímulo. Por eso es un espacio policial total, monitorizado, donde se gestionan los movimientos de sus habitantes. En las conurbaciones puede automatizarse al máximo la vigilancia preventiva, incluso puede establecerse, lo mismo que con las mercancías, una trazabilidad de la población que permita su seguimiento permanente. Es una necesidad a partir de un determinado nivel crítico de complicaciones y problemas insolubles. El control de un mundo cada vez más complejo y centralizado no puede obtenerse más que con la conversión de los individuos en autómatas, dentro de un espacio que el diseño urbanístico y las técnicas de seguridad vuelven neutro, transparente, homogéneo y esterilizado. Un espacio así oscila entre el estadio deportivo, el centro comercial y la cárcel.

La domesticación casi mecánica de los individuos en el espacio urbano viene confirmada por la decadencia de las luchas obreras y vecinales. La condición de asalariado ya no basta para constituir una identidad o definir un “mundo”. Ya no existe una ciudad obrera real dentro de una metrópolis burguesa oficial, coexistiendo y contrastando con ella. Las conurbaciones no tienen misterio ni “nada que declarar”. En el pasado las asociaciones de vecinos aspiraban a encajar los barrios periféricos en la urbe reivindicando servicios y equipamientos elementales. No ponían en duda el modelo urbano, querían formar parte de él, pero en pie de igualdad con los distritos céntricos. Sin embargo, ahora la lucha urbana no puede pararse ahí, acondicionando el escenario de la esclavitud; ha de cuestionar a fondo la propia conurbación, ha de descapitalizarla. Un principio antidesarrollista básico dice que una sociedad llena de capital es una sociedad urbana, por lo que una sociedad vacía de capital ha de ser una sociedad agraria. Por lo tanto, bajo esa perspectiva, un espacio urbano liberado será fundamentalmente un espacio desurbanizado. Ello no significa la desaparición de la ciudad, ya consumada en la conurbación, sino la superación positiva de la oposición ciudad-campo y el rechazo radical a la degradación de ambas realidades en un magma indiscernible. La recuperación de la ciudad, eje del proyecto en el que se han de inscribir las luchas urbanas, es paradójicamente un proceso ruralizador.

Aviso a los civilizados respecto a la autogestión generalizada - Raoul Veneigem (1969)

Publicado originalmente en Internationale Situationniste, # 12, Sept. 1969, traducción de Juan Fonseca publicada en DEBATE LIBERTARIO 2 - Serie Acción directa - Campo Abierto Ediciones, mayo 1977.


 "No sacrifiquéis la felicidad de hoy a la felicidad futura. Disfrutad del momento, evitad toda unión de matrimonio o de interés que no satisfaga vuestras pasiones desde el mismo instante. ¿Por qué ibais a luchar por la felicidad futura, si ella sobrepasará vuestros deseos, y no tendréis en el orden combinado más que un solo displacer, el de no poder doblar la longitud de los días, a fin de dar abasto al inmenso círculo de goces que deberéis recorrer?". Charles Fourier. Aviso a los Civilizados respecto a la próxima Metamorfosis Social.

1

 En su forma inacabada, el movimiento de las ocupaciones ha vulgarizado de modo confuso la necesidad de una superación. La inminencia de un cambio total, sentido por todos, debe revelar ahora su práctica: el paso a la autogestión generalizada mediante la instauración de los consejos obreros. La línea de llegada, cuya consciencia ha llevado el impulso revolucionario, en adelante va a convertirse en la línea de salida.

2

 La historia responde hoy a la cuestión planteada por Lloyd George a los trabajadores, y repetida a coro por los servidores del viejo mundo: "queréis destruir nuestra organización social, ¿qué pondréis en su lugar? Sabemos la respuesta gracias a la profusión de pequeños Lloyd George, que defienden la dictadura estatista de un proletariado a su gusto, y esperan que la clase obrera se organice en consejos para disolverla y elegir otra distinta a ella.

3

 Cada vez que el proletariado se arriesga a cambiar el mundo, reencuentra la memoria global de la historia. La instauración de una sociedad de consejos -hasta ahora confundida con la historia de su aplastamiento en distintas épocas- desvela la realidad de sus posibilidades pasadas a través de la posibilidad de su realización inmediata. Esta evidencia la han podido ver todos los trabajadores después de que en mayo el estalinismo y sus residuos trostkistas han mostrado, por medio de su debilidad agresiva, su impotencia para aplastar un eventual movimiento de los consejos, y, por su fuerza de inercia, su capacidad para frenar aun su aparición. Sin manifestarse verdaderamente, el movimiento de los consejos se ha presentado en un arco de rigor teórico que partía de dos polos contradictorios: la lógica interna de las ocupaciones y la lógica represiva de los partidos y los sindicatos. Quienes confunden aún Lenin y el "qué hacer", lo único que hacen es prepararse (para ir a) un cubo de basura.

4

 El rechazo de toda organización que no sea la emanación directa del proletariado negándose como proletariado ha sido sentida por muchos, inseparablemente de la posibilidad al fin realizable de una vida cotidiana sin tiempo muerto. La noción de consejos obreros establece, en este sentido, el primer principio de la autogestión generalizada.

5

 Mayo ha marcado una fase esencial de la larga revolución: la historia individual de millones de hombres, cada día a la busca de una vida auténtica, uniéndose al movimiento histórico del proletariado en lucha contra el conjunto de las alienaciones. Esta unidad de acción espontánea, que fue el motor pasional del movimiento de las ocupaciones, sólo puede desarrollar unitariamente su teoría y su práctica. Lo que sucedió en todos los corazones sucederá en todas las cabezas. Después de haber comprobado que "no podrían ya vivir como antes, ni siquiera un poco mejor que antes", muchos tienden a prolongar el recuerdo de una parte de vida ejemplar, y la esperanza, vivida por un instante, de un gran posible, en una línea de fuerza a la únicamente falta, para ser revolucionaria, una mayor lucidez sobre la construcción histórica de las relaciones individuales libres, sobre la autogestión generalizada.

jueves, 17 de enero de 2013

Los veinte últimos años de liquidación social - Miguel Amorós (2006)


SOBRE LA DEGENERACIÓN DE LOS IDEALES REVOLUCIONARIOS ANTE EL FIN DE LA CLASE OBRERA EN OCCIDENTE

“La época actual es de aquellas en las que todo lo
que normalmente parece constituir una razón
para vivir se desvanece, en las que se debe
cuestionar todo de nuevo, so pena de hundirse
en el desconcierto o en la inconsciencia.”
Simone Weil


El 19 de julio de 1936 el proletariado español respondió al golpe de estado franquista desencadenando una revolución social. El 23 de febrero de 1981 tuvo lugar un golpe de estado ante la indiferencia más absoluta de los proletarios, quienes apenas movieron el dial de la radio o el mando del televisor. El contraste de actitudes obedece al hecho de que el proletariado era en el 36 el principal factor político social, mientras que en el 81 no contaba ni siquiera como factor auxiliar de intereses ajenos. Si el golpe del 36 iba en contra suya, el del 81 fue un ajuste de cuentas entre diferentes facciones del poder. Ni en los análisis más alarmistas la conflictividad obrera fue tomada en consideración por la sencilla razón de que era mínima. Los golpistas pasaron del proletariado porque no era más que una figura secundaria de la oratoria política, algo históricamente agotado.

Durante los años de la “transición económica” hacia las nuevas condiciones del capitalismo mundial –los 80– la clase obrera fue fragmentándose y resistiendo a escala local a su “reconversión” en clase subalterna, hasta el advenimiento de la huelga mediática del 14 de diciembre de 1988, que fue la señal de su liquidación como clase. En adelante nunca volvería a manifestarse de forma independiente, autónoma. El movimiento antinuclear y el movimiento vecinal habían acabado un lustro antes. Durante ese periodo se consumó la ruptura entre los obreros adultos, mejor situados en las fábricas, y los obreros jóvenes, peones y precarios, que impulsaron las primeras asambleas de parados. Esa fractura condujo a la crítica radical del trabajo asalariado, deteriorado en extremo, o lo que viene a ser igual, al rechazo del trabajo como actividad humana. Fue una auténtica ruptura, pues hasta entonces la conducta de los trabajadores se fundamentaba en una cierta ética del trabajo. Más o menos por ese tiempo se desarrolló fuera del mundo laboral un medio juvenil preocupado por la okupación, la represión, la contrainformación, el ecologismo, el antimilitarismo, el feminismo, etc., al que la movilización estudiantil de 1986-87 dio un fuerte impulso. Tras el sometimiento definitivo de los trabajadores a las nuevas condiciones económicas y políticas del capital, el centro de gravedad social se desplazó de las fábricas a los espacios de relación juveniles. En ese medio y en plena decadencia de las ideologías obreristas la cuestión social perdía su carácter unitario y se desagregaba, replanteándose sus pedazos como problemáticas particulares. Los jóvenes rebeldes ni tenían detrás una tradición de luchas sociales, ni podían atenerse a una ideología concreta, marxista o anarquista, y más allá de un vago antiautoritarismo no sabían qué hacer con el fardo de experiencias que la clase obrera les había librado gratuitamente; eran herederos involuntarios de tareas históricas imposibles de asumir dado la escasa profundidad de su crítica, la inestabilidad de sus efectivos y la estrechez de su medio. Todos los esfuerzos por coordinar actividades, fomentar debates y conectar con luchas urbanas tropezaron con los mismos problemas: la dispersión, la ausencia de pensamiento, el compromiso relativo, la falta de referencias, el enclaustramiento… Al no resolverse, conforme desaparecían las luchas reales el medio juvenil se estancaba y en él campaban a sus anchas la indefinición, la pose, los tópicos contestatarios y la moda alternativa. Se revelaba como un medio de transición para una vida adulta integrada, como el instituto, la FP o la universidad. La palabra revolución dejó de tener un significado preciso. Los intentos habidos entre 1989 y 1998 por superar ese impasse teórico fueron puramente organizativos, formalistas, a base de “campañismo” y encuentros, por lo que a la larga resultaron un fracaso. Así terminó lo que se conoció como “área de la autonomía.”

lunes, 14 de enero de 2013

Modo de empleo del détournement - Guy Debord y Gil J. Wolman (1956)


 http://www.notodo.com/v4/fotos/tops/top_gr_1707.jpg
Les Levres Nues, # 8, mayo 1956. La presente traducción ha sido publicada por Industrias Mikuerpo fanzine Amano 7 (Junio97).

Toda la gente avisada de nuestra época está de acuerdo en que el arte no puede ser justificado por más tiempo como una actividad superior, ni tampoco como una actividad de compensación a la que uno pueda entregarse honorablemente. La causa de este deterioro es claramente la emergencia de fuerzas productivas que necesitan otras relaciones de producción y una nueva práctica de vida. Estamos inmersos en una fase de guerra civil, y en conexión cerrada con la orientación que hemos descubierto que acompaña a ciertas actividades superiores, podemos considerar que todos los medios conocidos de expresión están convergiendo en un movimiento general de propaganda que ha de abarcar todos los aspectos perpetuamente interactuantes de la realidad social.

Por lo que se refiere a las formas y a la naturaleza misma de la propaganda educativa, existen muchas opiniones en conflicto, generalmente inspiradas por una u otra variedad de políticos reformistas de moda actualmente. Desde nuestro punto de vista las premisas de la revolución, tanto a nivel cultural como estrictamente político, no sólo están maduras, sino que han empezado a pudrirse. No sólo es reaccionario el retorno al pasado; también los objetivos culturales "modernos" en la medida en que dependen en realidad de formulaciones ideológicas de la sociedad que han prolongado su agonía mortal hasta el presente. Sólo la innovación extremista está justificada históricamente.

La herencia literaria y artística de la humanidad debería usarse para propósitos de propaganda de clase. Es preciso trascender la mera idea de escándalo. Una vez que la negación de la concepción burguesa del arte y el genio ha llegado a ser un hermoso sombrero demasiado viejo, el dibujo de un bigote sobre la Mona Lisa no es más interesante que la versión original de tal pintura. Debemos poner ahora este proceso en el punto de la negación de la negación. Bertolt Brecht, al revelar en una entrevista reciente en la revista France-Observatour que ignoró algunos aspectos de los clásicos del teatro para hacer más educativa la ejecución, está mucho más cerca que Duchamp de la orientación revolucionaria que nosotros estamos reclamando. Debemos anotar, sin embargo, que en el caso de Brecht estas alteraciones saludables están contenidas dentro de estrechos límites por su desafortunado respeto a la cultura definida por la clase dominante-- el mismo respeto, mostrado en las escuelas primarias de la burguesía y en los periódicos de los partidos laboristas, que conduce siempre a los distritos obreros más rojos de París a preferir El Cid sobre Madre Coraje.

De hecho, es necesario terminar con cualquier noción de propiedad personal en este área. La aparición de nuevas necesidades convierte a las obras "inspiradas" en antigüedades. Llegan a ser obstáculos, hábitos peligrosos. La cuestión no es si nos gusta o no. Tenemos que ir más allá.

Algunos elementos, no la materia de donde han sido tomados, pueden servir para hacer nuevas combinaciones. Los descubrimientos de la poesía moderna concernientes a la estructura analógica de las imágenes, muestran que cuando dos objetos son considerados juntos, no importa lo alejados que pudieran estar sus contextos originales, siempre existe alguna relación. La atribución a uno mismo de un ordenamiento personal de las palabras es mera convención. La interferencia mutua entre dos mundos de experiencia, o la unión de dos expresiones independientes, sustituye los elementos originales y produce una organización sintética de mayor eficacia. Algo de esto puede ser utilizado. 

No es preciso decir que uno no está constreñido a corregir un trabajo o integrar diversos fragmentos de obras caducadas en una nueva; puede también alterar el significado de aquellos fragmentos en algún sentido adecuado, abandonando a los imbéciles la preservación esclavizadora de la ‘cita’.


domingo, 13 de enero de 2013

El Control Insitucional de las Luchas Sociales - Miguel Amorós (2009)

 

Salvo en situaciones de peligro inminente del sistema de dominación, momento en que todas las reglas de juego quedan en suspenso y sólo la violencia de clase decide –una especie de tolerancia cero generalizada–, las instituciones han procurado integrar los movimientos de protesta antes que reprimirlos, delimitando un espacio por el que moverse y tendiéndole puentes para comunicarse.

En condiciones normales de dominio capitalista, la oposición y la protesta han tenido su estatuto legal y sus medios de presión y negociación, siendo las organizaciones catalogadas como representativas no sólo una parte importante del mecanismo de control social, sino el complemento necesario gracias al cual el interés particular de la dominación puede presentarse ante la sociedad como interés universal. Sin embargo, el capitalismo no se queda mucho tiempo en la misma posición, y a medida que prosigue su avance, penetrando por todos los resquicios de la vida y acaparando todo el territorio donde esta languidece, subvierte los cauces sociopolíticos que él mismo había establecido en la etapa precedente, obligándoles a perecer o adaptarse.

Así, los mecanismos de integración y control tradicionales –los partidos, sindicatos y asociaciones, y con ellos, los parlamentos, los convenios y las mesas–, modernizados durante los años setenta, dejaron de funcionar en la década posterior. Desde entonces no representan más que una protesta ficticia, poco creíble, falsa, espectacular. En la medida en que los intereses generales afloran, lo hacen al margen de las instituciones, al modo salvaje, puramente negativo, incontrolado.

Los motivos del colapso de la oposición institucionalizada no son difíciles de adivinar: por una parte la descomposición de la base social que la sostenía, las clases medias y trabajadoras; por el otro, el descrédito que se desprende de su propia inoperancia, fruto de la profesionalización y la corrupción. Los patéticos intentos por reavivarla, bien a través de las los autodenominados movimientos sociales, bien mediante las plataformas cívicas, es decir, por medio del juvenilismo y del ciudadanismo, no conducen a nada, pues por estar dentro del sistema sus intereses se corresponden con los de la dominación. Su momento histórico ha caducado, se le ha pasado el arroz. Para la protesta verdadera la oposición institucionalizada es el problema, el enemigo, la amenaza.

miércoles, 9 de enero de 2013

Autodiálogo acerca de New Babylon - Constant Nieuwenhuis (1971)

“New Babylon, escribió Constant, no se detiene en ninguna parte (porque la tierra es redonda); no conoce fronteras (porque ya no hay economías nacionales), ni colectividades (porque la humanidad es fluctuante). Cualquier lugar es accesible a cada uno y a todos. Todo el planeta se convierte en la casa de los habitantes de la tierra. Cada cual cambia de lugar cuando lo desea. La vida es un viaje sin fin a través de un mundo que se transforma con tanta rapidez que cada vez parece diferente.” 



- Siempre has afirmado que New Babylon no podría realizarse jamás en la sociedad actual y que, de todos modos, tu proyecto no funcionaría en las condiciones sociales existentes. Se trata, pues, de un proyecto utópico. Dicho esto, debo señalar que te ocupas de él desde hace más de doce años, como si le dieras la espalda a los problemas del hombre actual, como si huyeras de ellos. En mi opinión, el artista, en lugar de refugiarse en una cultura que inventa de arriba abajo, debe buscar la expresión artística de la cultura de la que forma parte.

0 Por desgracia, no existe tal alternativa. No veo hoy en día una cultura de la que uno podría forma parte, y ésta es precisamente la razón por la que he emprendido el camino de la New Babylon. No se puede elegir entre la cultura existente y una cultura –digamos- posrevolucionaria, que aún está por inventar. La elección auténtica se da entre el abandono completo de toda actividad creativa y la preparación de una cultura futura, deseable, aunque no realizable de momento. Bien es verdad que hay que creer en el éxito de la revolución para optar por está última postura.

- Como protesta contra la sociedad, lo que hacen otros artistas (tergiversación [détournement] del arte, exhibición de los “arteros”, ocupación de museos) me parece más eficaz que la creación de una imagen de sociedad futura que corre el riesgo de ser idealizada.

0 El hecho de que nadie se muestre afectado prueba, por el contrario, la ineficacia de este tipo de manifestaciones. No es el abandono del espíritu creativo, sino el espíritu mismo el que amenaza a la sociedad burguesa. La no-participación puede ser honesta, pero ciertamente no es eficaz. Para cambiar la sociedad, antes que nada, hace falta imaginación.

¿Dónde Estamos? Algunas consideraciones sobre el tema de la técnica y las maneras de combatir su dominio - Miguel Amorós


“¿Qué tratamos de realizar? Cambiar la organización social sobre la que reposa la prodigiosa estructura de la civilización, construida en el curso de siglos de conflictos en el seno de sistemas avejentados o moribundos, conflictos cuya salida fue la victoria de la civilización moderna sobre las condiciones naturales de vida.”
William Morris, ¿Dónde estamos?

Walter Benjamín, en su articulo Teorías del fascismo alemán, recuerda la frase aparentemente extemporánea de León Daudet, “el automóvil es la guerra”, para ilustrar el hecho de que los instrumentos técnicos, no encontrando en la vida de las gentes un hueco que justifique su necesidad, fuerzan esa justificación entrando a saco en ella. Si la realidad social no está madura para los avances técnicos que llaman a la puerta tanto peor para la realidad, porque será devastada por ellos. El resultado es que la sociedad entera queda transformada por la técnica como tras una güerra. Realmente, con sólo citar la gran cantidad de desplazamientos de la población, la enormidad de datos almacenados y procesados por la moderna tecnología de la información y el gran número de bajas por accidentes, suicidios o patologías contemporáneas, parece que una guerra, en absoluto fría, sucede a diario en los escenarios de la economía, de la política, o de la vida cotidiana. Una guerra en la que siempre se busca vencer gracias a la superioridad técnica en automóviles, en ordenadores, en biotecnologías… Por la propia naturaleza de la sociedad capitalista, los cada vez más poderosos medios técnicos no contribuyen de ningún modo a la cohesión social y al desarrollo personal, ya que la técnica sólo sirve para armar al bando ganador. Para Benjamin pues, y para nosotros, “toda guerra venidera será a la vez una rebelión de esclavos de la técnica”.

Los adelantos técnicos, son todo menos neutrales, en todo desarrollo de las fuerzas productivas debido a la innovación técnica siempre hay ganadores y perdedores. La técnica es instrumento y arma, por lo que beneficia a quienes mejor saben servirse de ella y mejor la sirven. Un espíritu critico heredero de Defoe y Swift, Samuel Butler, denunciaba el hecho en una utopía satírica. “…en esto consiste la astucia de las máquinas: sirven para poder dominar(…); hoy mismo las máquinas sólo sirven a condición de que las sirvan, e imponiendo ellas sus condiciones(…) ¿No queda manifiesto que las máquinas están ganando terreno cuando consideramos el creciente número de los que están sujetos a ellas como esclavos y de los que se dedican con toda el alma al progreso del reino mecánico?” (Erewhon o allende las montanas). La burguesia utilizó las máquinas y la organización “científica” del trabajo contra el proletariado. Las contradicciones de un sistema basado en la explotación del trabajo que, por un lado expulsaba a los trabajadores del proceso productivo y, por el otro, alejaba de la dirección de dicho proceso a los propietarios de los medios de producción, se superaron con la transformación de las clases sobre las que se asentaba, burgueses y proletarios. La técnica ha hecho posible un marco histórico nuevo, nuevas condiciones sociales ­las de un capitalismo sin capitalistas ni clase obrera­ que se presentan como condiciones de una organización social técnicamente necesaria. Como dijo Munford, “Nada de lo producido por la técuica es más definitivo que las necesidades y los intereses mismos que ha creado la técnica” (Técnica y civilización). La sociedad, una vez que ha aceptado la dinámica tecnológica se encuentra atrapada por ella. La técnica se ha apoderado del mundo y lo ha puesto a su servicio. En la técnica se revelan los nuevos intereses dominantes.