jueves, 29 de marzo de 2012

VI CHARLA POPULAR: ¿Y AHORA QUÉ? REFLEXIONES PARA DESPUÉS DE LA HUELGA

Cuándo: 19:00 - 21:30, 30 Mar 2012
Localización: ESLA EKO
Coste: Jaja
Organización: Universidad Popular de Carabanchel, comisión de Políticas, APC
Contacto: politica.carabanchel@gmail.com
Contaremos con la presencia de Yayo Herrero (coordinadora de Ecologistas en Acción y profesora de la UNED) y Jose Luis Carretero (miembro de Solidaridad Obrera, ICEA y profesor de orientación laboral en F.P.)

Tras la huelga general en España del día 29, la última del centenar convocadas en Europa durante la pasada década cabe preguntarse, ¿y ahora qué?

¿En qué situación se encuentra actualmente el marco de derechos sociales y laborales? ¿Qué alternativas tenemos?

¿Qué efectos tiene en el sistema productivo una huelga de un solo día? ¿Es necesaria una huelga indefinida? ¿Es posible dentro del marco actual? ¿Hasta dónde llega una huelga de producción local o nacional en un mercado global? ¿Qué aportan a la huelga general las nuevas alternativas, las nuevas formas de participación y lucha (huelga de consumo, de cuidados, comedores populares, bici crítica, etc.)? ¿Podemos trasladarlo a nuestra vida cotidiana?

Desde la Asamblea Popular de Carabanchel os invitamos a la nueva charla de la comisión de políticas, desde donde queremos provocar una reflexión crítica en torno a las anteriores preguntas haciendo, al mismo tiempo, un balance de la huelga del 29.

Esperamos veros a todas.

Juntas lo hacemos.

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Anarquismo en la sociedad actual - José Luis Carretero



José Luis ha sido abogado ejerciente, miembro de la Asociación Libre de Abogados, y en la actualidad es profesor. Militante de los movimientos sociales desde su juventud, esta afiliado al anarcosindicato Solidaridad Obrera y participa en el Instituto de Ciencias Económicas y de la Autogestión (ICEA).
Ha publicado los libros de ensayo "Contratos temporales y precariedad" (Solidaridad Obrera, 2007), "El bienestar malherido. Seguridad Social, desempleo y flexiguridad en el siglo XXI" (Solidaridad Obrera, 2008) y "Entender la descentralización productiva" (Solidaridad Obrera, 2010). Es colaborador del periódico Diagonal y de revistas como Trasversales, Nómadas y El Solidario, así como de diversas webs de contrainformación. Además ha publicado numerosos relatos y poemas en el espacio web Poesiasalvaje.org y ha participado en los libros colectivos "Certamen de Literatura Atea" (La Colmena, 2009) y "II Certamen de Literatura Atea" (La Colmena, 2010). También ha publicado el libro de cuentos “El abogado del hombre más malo del mundo y otros relatos” (La Malatesta, 2011) 
OACA: ¿Cómo consideras que desde el anarquismo, y particularmente desde desde ICEA/Solidaridad Obrera, se pueden ofrecer respuestas a los problemas de la sociedad actual?
José Luis: El movimiento libertario tiene mucho que decir en la actualidad, dada la gigantesca mutación civilizatoria que está en ciernes, provocada por las múltiples crisis confluyentes frente a las que nos encontramos (la económica, la energética, la ecológica, la del régimen político actual,la de la hegemonía norteamericana y occidental,  incluso la cultural y educativa). Todo va a cambiar en las próximas décadas, y una de las pocas maneras de no perderse en ese camino a lo desconocido que vamos a afrontar, va a ser tener claros ciertos elementos esenciales que el anarquismo ha defendido históricamente como  la defensa de los débiles, de la clase trabajadora, la necesidad de una democracia directa y participativa y de una limitación clara del poder social o la autogestión y la preeminencia de la cooperación y el apoyo mutuo sobre la competencia descarnada.
El trabajo de análisis y divulgación que llevamos a cabo en el ICEA, por ejemplo, es absolutamente imprescindible (independientemente de que nosotros, en concreto, lo hagamos mejor o peor). Pararse a pensar y reflexionar, aprender a dominar los instrumentos teóricos que permiten desentrañar el presente e intentar popularizar su uso entre los militantes y la sociedad, hoy en día, es algo esencial. Al margen de que se esté de acuerdo o no con nuestros análisis concretos, lo cierto es que es necesario mojarse intelectualmente y formarse todo lo posible, no dejar ese trabajo sólo para las instituciones académicas o para los think tanks del sistema. El pensamiento militante siempre ha sido tremendamente fructífero.

La Huelga Kit-Kat

 
Cuando en el siglo XIX se teoriza la conflictividad capital/trabajo, los sujetos en juego quedan definidos por su representación jurídica. Es entonces cuando la estabilidad y permanencia de rol, así como la producción constante de una misma mercancía sin fecha de fin de producción a la vista, hacen de la huelga un instrumento básico para limar las ganancias del capital obtenidas del trabajo como fuente hegemónica de creación de riqueza: la plusvalía que no se gana en un día, no se ganará ya nunca, porque era el tiempo la medición objetiva más adecuada para la organización de los trabajadores.
Hoy, sin embargo, la relación capital/trabajo está articulada en variantes jurídicas inaprensibles, así como en formas menos definidas al margen del empleo; del mismo modo, la producción tardocapitalista se caracteriza por la inconstancia de la mercancía concreta, que renueva sus formas con prestancia, atrayendo así a un ejército de creativos y trabajadores del intelecto que ensayan soluciones sobre nuevas posibilidades de negocio, más o menos mediatamente, en plantilla o como autónomos, pero individualizadamente en todo caso (en eso, de un modo u otro, estamos casi todos).
De este escenario desformalizado e individualizado, emerge una tesis insustancial perturbadora como ninguna (esperamos miles de comentarios y sesudos argumentos que la desmientan): un día de huelga oficializada es, sobre todo, un modo de introducir temporalidad, discontinuidad y flexibilidad en el tejido reproductivo capitalista. Lo que la empresa no produce formalmente un día, lo producirá al siguiente (ha sido pactada la vuelta al trabajo), lo actualizará sin coste añadido para el capital porque el logro del resultado y su plazo ha sido asumido individualmente por un trabajador y, además, en el caso de asalariados, dejará de abonarse una jornada de trabajo (las empresas fabriles, incluso, agradecen que la producción se detenga un día, ya que el destino de la mercancía no está garantizado y buena parte de su personal es demasiado fijo como para poder pararlo sin costes).
La huelga general es un baile tribal en el que los despistados vuelcan todos sus complejos porque no entienden que la producción capitalista ya no se mide en tiempo irrecuperable, sino en propuestas personales que, en último término, se ponen en valor en un intercambio azaroso sin referencia ninguna (una comparación constante de capital riesgo en la que cada jugador intenta colocarse en posición ventajosa).
A pesar de todo, y como no podemos imaginar nuevos modos de acción social, hacemos huelga y bailamos como tribu que invoca la lluvia; estirado el asunto hasta esas figuraciones de creación de riqueza desregularizada, topamos con posturas tan acomplejadas y místicas, casi religiosas, como las de aquel parado que renuncia a su día de prestación por desempleo para que así conste entre los huelguistas, o las de aquellos colectivos que deciden no hacer las tareas de casa o no escribir en facebook para no engordar los beneficios del capital... No está lejos el día en el que la huelga consista, simple y complejamente, en el suicidio. Suponemos que ese día los sindicalistas trabajarán.
(Prueba de validez de una huelga: comparar el nivel salarial y tipología de contrato de un piquete con el del trabajador al que intenta convencer de que haga huelga.)
PostData oxigenadora: Los efectos  económicos de una huelga general controlada son los expuestos. Cabe, si acaso, hablar sobre la pertinencia del símbolo, sobre la pertinencia de sentirnos tribu de vez en cuando, pero ese es un debate de psicología social...
 

Los ecosistemas al servicio del capital - Yayo Herrero

Hace varias décadas el informe Meadows (Meadows, 1972), publicado por el Club de Roma, constataba la evidente inviabilidad del crecimiento permanente de la población y sus consumos. Alertaba de que en un mundo físicamente limitado, el crecimiento continuo de la extracción de materiales, de la contaminación de aguas, tierra y aire, de la degradación de los ecosistemas, simplemente no era posible. Aquel informe advertía con preocupación que, de no revertirse la tendencia al crecimiento exponencial de todos esos factores, se incurriría en el riesgo de llegar a superar los límites del planeta, ya que el crecimiento continuado y exponencial sólo podía darse en el mundo físico transitoriamente.
Más de 30 años después, una repetición del mismo ejercicio mostraba que, lejos de encararse el problema, se había profundizado esta dinámica (Meadows et al, 2004). La humanidad ya no se encuentra en riesgo de superar los límites de la biosfera, sino que ha llegado a una situación de translimitación (García E., 2005:115).

El crecimiento económico como única prioridad de la sociedad capitalista ha conducido en apenas un par de siglos a superar los límites biogeofísicos del planeta. Los sumideros que deben degradar los residuos que genera el proceso económico no dan a basto y los servicios que prestan los ecosistemas comienzan a dar muestras de deterioro y cambio.
Pero el modelo socioeconómico capitalista no se ha expandido sólo a costa de los sistemas naturales, sino también a partir de la incautación de los tiempos de las personas para ponerlos al servicio del mercado. Es evidente en el caso de las personas empleadas en el mercado laboral en el que venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Sin embargo, la apropiación ha sido menos visible o totalmente invisible en lo referente a los tiempos dedicados a la reproducción social y mantenimiento de la vida cotidiana. El cuidado de los cuerpos vulnerables constituye un elemento profundamente material e insoslayable para la supervivencia humana, pero debido a la lógica patriarcal esta tarea exigente, imprescindible y muchas veces penosa recae de forma casi exclusiva en las mujeres.

La desvinculación entre la economía capitalista y las bases materiales que permiten la vida, la ignorancia de la dependencia radical que tenemos los seres humanos de los ciclos y bienes naturales y del cuidados de los cuerpos, ha conducido a una forma de entender la sociedad, la economía o la cultura que está transformando profundamente muchos de los elementos que sustentan la condición humana: impide el acceso equitativo a los recursos y bienes que proporciona el planeta Tierra; dificulta la posibilidad de los hogares sigan manteniendo la reproducción social y perpetúa la lógica patriarcal de división del trabajo que obliga a las mujeres a ser las únicas responsables de mantener el bienestar cotidiano; destruye las dinámicas cooperativas que hicieron del “animal” humano ante todo un ser social; anula la viabilidad de las generaciones futuras sobre la Tierra; simplifica los procesos de interdependencia que nos han hecho coevolucionar con muchas otras especies compañeras de aventura planetaria...

miércoles, 7 de marzo de 2012

Los Indios que invadieron Europa - Pablo Iglesias Turrión (2004)


 
Dos objetivos se plantean en esta ponencia. En primer lugar, trataremos de dar una explicación general de la influencia del neozapatismo sobre los movimientos contra la Globalización económica, particularmente en Europa. En segundo lugar, llevaremos a cabo una aproximación a algunas de las experiencias de acción colectiva del movimiento italiano de los tute bianche y explicaremos cómo el discurso del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (E.Z.L.N. o EZ en adelante) ha influido en la praxis de acción de este grupo.


martes, 6 de marzo de 2012

Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial - Subcomandante insurgente Marcos


"La globalización moderna, el neoliberalismo como sistema mundial, debe entenderse como una nueva guerra de conquista de territorios", plantea el Subcomandante Marcos en Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial.

Cuando menos 7 de esas piezas pueden reconstruirse y alentar la esperanza de que este conflicto mundial no termine con el rival más débil: la humanidad.

La una es la doble acumulación de riqueza y de pobreza, en los dos polos de la sociedad mundial. La otra es la explotación total de la totalidad del mundo. La otra tercera es la pesadilla de una parte errante de la humanidad. La cuarta es la nauseabunda relación entre crimen y Poder. La quinta es la violencia del Estado. La sexta es el misterio de la megapolítica. La séptima es la multiforme bolsa de resistencia de la humanidad contra el neoliberalismo.


lunes, 5 de marzo de 2012

El Viejo Antonio - Sucomandante insurgente Marcos




Cuentos para una soledad desvelada.
Textos del Subcomandante insurgente Marcos

Hablando de grandes dioses, ya aparece el Viejo Antonio acompañado de los primeros, los que nacieron el mundo. Siempre fumando, caminando a veces y en veces platicando, el Viejo Antonio se sienta esta noche conmigo. Con él se sientan junto conmigo todos los hombres y mujeres de morena sangre en corazón digno. Para platicarnos la lucha y sus tiempos de esta noche diez años atrás. La noche en que, conmigo, el Viejo Antonio camina por entre el lodo, machete en mano. ¿Dije que camina conmigo el Viejo Antonio?

Mentí entonces, no conmigo camina, yo le voy detrás. No así empezamos a caminar esa noche. Primero nos perdimos. El viejo Antonio me invitó a correr venado y lo corrimos, sí, pero no lo alcanzamos. Cuando nos dimos cuenta ya estábamos en medio de la selva, en mitad de la lluvia, cercados por la noche.
— Nos perdimos — digo inútilmente.
— Sí pues — dice el Viejo Antonio que no parece muy preocupado porque ahí nomás hace casita con una mano al fuego con que la otra enciende su cigarrillo.
— Tenemos que encontrar el camino de regreso — me escucho decir y agrego — traigo la brújula — como si dijera "tengo móvil por si quieres un aventón".
— Sí pues — dice de nuevo el Viejo Antonio como dejándome la iniciativa y mostrándose dispuesto a seguirme.
Yo recojo el desafío y me declaro dispuesto a hacer gala de mis conocimientos guerrilleros de dos años en montaña. Me arrincono bajo un árbol. Saco el mapa, el altímetro y la brújula. Como hablando en voz alta, pero en realidad alardeando frente al Viejo Antonio, describo alturas sobre el nivel del mar, cotas topográficas, presión barométrica, grados y puntos visados y otros etcéteras de lo que los militares llamamos "navegación terrestre". El Viejo Antonio no habla, está a mi lado, sin moverse, supongo que me escucha porque no ha dejado de fumar. Después de un rato de alardes técnicos y científicos, me pongo de pie y con la brújula en la mano señalo hacia un rincón de la noche, diciendo con firmeza y echando a andar en esa dirección:
— Es por ahí.