miércoles, 18 de enero de 2012

SOBRE SUFICIENCIA y vida buena - Manfred Linz

 
Un chiste gráfico presenta a dos ancianos sentados uno junto al otro en un banco. Uno de ellos refunfuña apoyado en su bastón: “cuanto más aumenta la esperanza de vida, menos espero de la vida”. También esto sería suficiencia, aunque no la suficiencia de la cual debemos ocuparnos hoy. Estoy seguro de que puedo contar con que ustedes abrigan expectativas más altas hacia la vida, y no tengo intención de menoscabar tales
expectativas. 

Explicaré brevemente lo que voy a hacer. Mi intervención tiene dos partes: la primera analiza los tres caminos hacia la sostenibilidad, entre ellos especialmente el de la suficiencia; e intenta mostrar por qué la suficiencia es necesaria. La segunda parte se ocupa de la forma en que el Instituto Wuppertal ha organizado su investigación acerca de la suficiencia.

Tres caminos hacia la sostenibilidad 

Presupongo entre nosotros algo de terreno común. Los países industriales, y entre ellos también Alemania y España, consumen demasiados recursos naturales y sobrecargan excesivamente los ecosistemas con sus residuos. Esta sobreexplotación de la naturaleza está destruyendo ya hoy los equilibrios ecológicos; no es pensable que pueda extenderse a toda la población mundial. Por eso, nosotros como individuos y también nuestros países tenemos que aprender a vivir, trabajar y producir de manera
sostenible.

La sostenibilidad puede perseguirse por tres caminos distintos: eficiencia, coherencia y suficiencia. De manera breve se pueden caracterizar estas tres vías de la siguiente forma: la eficiencia se orienta al mejor
aprovechamiento de la materia y la energía, esto es, una mayor productividad de los recursos naturales. La suficiencia trata de lograr un menor consumo de los recursos a través de una demanda de bienes menor. La coherencia se orienta hacia tecnologías compatibles con la naturaleza, que aprovechen los ecosistemas sin destruirlos.

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